| Experiencia en Guatemala

Por Eliécer Ávila

Un saludo a todos los lectores de nuestro blog. El pasado 12 de septiembre di un par de entrevistas y escribí una crónica sobre la experiencia vivida por estos días como observador electoral en Guatemala.

Hoy comparto con ustedes algo que trasciende el tenso clima político que se vive en el país centroamericano y me refiero a la cultura. Específicamente a los artistas cubanos y a la música cubana que siempre me saca las lágrimas cuando la oigo en cualquier rincón del mundo.

Al primero que quiero presentarles es a este cubanazo_; que es Ignacio Pérez. Un elegante señor que comparte estilo y melodía con el gran Compay Segundo, que acompañado de una bella cubana que hace hablar al violín y de un pianista, interpreta los más hermosos boleros criollos al ritmo de sus tambores en centros nocturnos de Guatemala, haciendo bailar y sentir la energía de nuestra isla a todo el que lo escucha. Cuando supo de nuestra presencia nos saludó con mucho cariño y nos dedicó varios números musicales. A mí en especial me complació con el Chan Chan, y me hizo sentir muy orgulloso de nuestra música frente a todos los presentes que alzaron copas como muestra de saludo y respeto por nuestros grandes cantores…

Cuando le dijimos quienes éramos, nos agarró fuerte la mano y nos contó que en su juventud había sido escolta de Faure Chomón, Comandante del Ejército Rebelde y Primer Secretario del Partido Comunista en Las Tunas. “Aquello sí era revolución, esto de ahora es una cuadrilla que no quiere soltar el poder, suerte muchachos, mucha suerte y adelante” nos dijo antes de empezar de nuevo a cantar.

También fue una grata sorpresa ver los anuncios en las calles de la actuación en Ciudad Guatemala del grupo Gente de Zona, cuyas canciones están pegadas en la radio y puedes escucharlas en cada taxi sin que muchos sepan que son cubanos quienes las interpretan; precisión que no perdimos oportunidad de hacer ;-). Ver triunfar a un cubano, ya sea un artista, un deportista, un científico o un emprendedor que monta su panadería, para nosotros es siempre motivo de placer y orgullo.

Pues por encima de todo somos hermanos y nada ni nadie podrá separarnos en mente y corazón.

¡Adelante cubanos, dentro o fuera de Cuba, la nación se lleva en el alma y no entiende de fronteras terrestres ni mentales! ¡Somos un solo pueblo y lo representaremos siempre!