Por Kaned Garrido
La contaminación del medio ambiente es visto algunas veces como un problema sin salida, como un fenómeno inseparable del desarrollo y del capitalismo. Pero el emprendimiento empresarial y la creatividad pueden ser las soluciones para este momento de incertidumbre. Esta es la idea de la Economía Azul, promovida por Gunter Pauli.
Es una alternativa a la Economía Verde que se ha aplicado por muchos años. La Economía Verde busca que se sustituyan los productos, le exige a las empresas mayores inversiones y a los consumidores que paguen más. Esto es entendible, pues es el precio de salvar nuestro planeta. Pero los agentes del mercado no suelen tener los recursos financieros. La demanda acaba bajando y con ella, el empleo. Lo más alarmante es que al resolver un problema, se crea otro.
Cuando se empezó a utilizar el maíz como biocombustible la idea era proveer una fuente de energía alternativa. Pero se terminó elevando el precio del cereal y aumentó la escasez de alimentos. El aceite de palma ha sido utilizado para los jabones biodegradables, sin embargo, ha producido un daño colateral en el ecosistema de los orangutanes. También, en el intento de obtener los hongos shiitake, un sustituto de la proteína animal, se ha incrementado la tala de robles.
Para esto la economía azul propone un enfoque innovador, mirar el problema como una oportunidad y buscar la manera de optimizar el sistema. Se emplean los desechos de una actividad para nutrir de recursos a otra.
En Porto Alegre, Brasil, se reorientó el CO2 emitido por una central termoeléctrica para alimentar las algas de espirulina. De estas se obtienen biocombustibles y suplementos de proteínas.
Añadiendo un concentrador óptico al panel solar aprovechan la energía del Sol tres veces más. Además, con esos mismos artefactos se genera calefacción y agua caliente para uso doméstico.
Para generar electricidad se pueden utilizar las corrientes pequeñas generadas en los ecosistemas por las diferencias de presión, acidez y temperatura. En el Instituto Fraunhofer de Alemania crearon un celular que genera electricidad con la diferencia de temperatura entre el teléfono y el cuerpo de la persona. También convierte la presión de la voz en una fuente piezoeléctrica que suministra energía.
Los pioneros de esta alternativa dicen que los modelos inteligentes para aprovechar la energía pueden sustituir drásticamente la dependencia del petróleo, el carbón y la energía nuclear. Además crean empleos locales y oportunidades de negocio. ₂
La economía azul es un modelo basado en el emprendimiento empresarial y la innovación. Para un país que tiene grandes aspiraciones para el desarrollo y la calidad de vida, esta podría ser una alternativa interesante. Es inimaginable las ventajas que podríamos tener si nos independizamos del petróleo, aunque sea parcialmente.
Es una oportunidad para los emprendedores cubanos, para que desplieguen su creatividad, para que protejamos el medio ambiente, generemos empleo y desarrollemos una economía sostenible.
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Kaned Garrido
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