Maestra o Muchacha

maestra o muchacha

Por Manuel Mons

Juanilla es una tunera que a sus 40 años decidió probar suerte en La Habana. Atrás dejó su familia y su historia, sin embargo, a decir de ella: “no podía esperar ni un día más”.

Visiblemente dolida, la también Licenciada en Español-Literatura nos comenta lo mucho que extraña las aulas, pero sobre todo, la tranquilidad de su tierra y de su gente. “Aquí en La Habana todo es más rápido, pasan los meses y no te das cuenta, pero al final vale la pena el sacrificio”.

Una situación económica bien empobrecida a causa de una serie de malas decisiones personales, en conjunto con un muy mal salario como maestra, y la “fatalidad geográfica”, fueron las causantes para que hoy la capital de todos los cubanos sea su nueva aventura.

“Los primeros días fueron los más malos”, nos asegura Juanilla. “Tener que empezar de cero, vivir agregada en casa de una amiga y sin trabajo, no pensé aguantaría mucho, pero dios aprieta pero no ahorca”. Sin perder sus deseos de salir adelante esta mujer cubana no se dio por vencida y comenzó a limpiar casas. “Jamás pensé tener que hacer este trabajo, yo soy licenciada, me encanta dar clases pero es imposible vivir de un salario”.

De lunes a lunes se levanta a las 6:00 am, para no molestar, no desayuna y se va para el trabajo. “En casa de mis clientes almuerzo y depende de la hora que me tome, hasta como, la verdad son personas muy amables”. Las jornadas de trabajo no tienen horario de salida para Juanilla. “Lo mismo termino a las 5:00 pm que a las 9:00 pm, todo depende de cuanto trabajo tenga. Lavar, planchar, cocinar y limpiar lleva su tiempo”.

Una de las cosas que más extraña pero que la motivan a levantarse todos los días es su sobrino, un pequeño de 10 años de edad que, según ella, “nació para hacerla feliz”, comenta con lágrimas en los ojos.

Está llegando fin de año y Juanilla vuelve a su tierra después de más de 5 meses sin ver a su gente. “Tengo tantas ganas de regresar que me fuera caminando”. No obstante esta visita solo va a ser hasta principios del próximo año.

“Con todo el dolor del mundo en enero me regreso, Juanilla la maestra, la licenciada jamás va a tener un futuro con las condiciones políticas-económicas de hoy, pero Juanilla «la muchacha que limpia» tiene futuro. Lo mejor que me ha pasado en mi vida es iniciar esta aventura que de momento está costando mucho trabajo y dolor, pero al final va a dar los frutos esperados”.

 

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