Con un mes de antelación precisamos los detalles del traslado. Decidimos además no publicar nada al respecto. El día acordado y por las vías previstas nos trasladamos hacia la ciudad de Jagüey, ubicada en la provincia de Matanzas, desde donde nos habían regresado forzosamente en nuestro intento anterior de compartir con miembros del movimiento.
Llegar a la modesta casita de Alexey y Licet fue algo verdaderamente emocionante. La familia cristiana nos esperaba orando sin cesar para que no ocurriera ningún inconveniente, y así fue.
Durante casi 4 días compartimos excelentes momentos con varios miembros del movimiento y simpatizantes. También tuvimos largos debates incluso con algún militante del PCC, que en un marco de respeto y cultura cívica, nos expuso sus coincidencia y sus desacuerdos con lo que hasta ese momento creía que eran nuestros propósitos.
Pizarra y tiza de por medio, ambos expusimos nuestros argumentos para la solución de los problemas de nuestra sociedad. Fue para mí un momento mágico, de verdad, pués ninguno estaba molesto con el otro. Escuchamos con paciencia y ánimo de entender, buscando complementar las experiencias y las expectativas de cada uno.
El resultado si bien no fue de total sintonía, sí logramos entender mutuamente que no éramos enemigos ni teníamos por qué serlo; y además podíamos buscar juntos las soluciones sin renunciar a nuestros criterios ideológicos individuales.
En ese sentido quiero agradecer a los que fungieron como mediadores, a los anfitriones y a los excelentes interlocutores de los cuales me llevo el mejor criterio.
Durante la estancia recorrimos ampliamente el pueblo, sus calles, negocios, lugares emblemáticos, el parque y sus opciones culturales. Los vecinos nos explicaron detalles de su historia y de sus fuentes de empleo fundamentales, como lo fue la gran empresa citrícola que hoy apuesta fuertemente por el procesamiento del mango en sustitución de los altos volúmenes de naranja que alguna vez caracterizaron a toda la zona.
También intercambiamos con trabajadores de los polos turísticos ubicados en la ciénaga de zapata y visitamos el criadero de cocodrilos. Este es uno de los lugares donde se protegen y reproducen estos ejemplares, que tienen cada vez menos oportunidades de sobrevivir en su hábitat natural debido a la caza furtiva.
En las noches acompañamos a nuestros anfitriones a sus cultos en las Iglesias, pentecostal y metodista. Queremos agradecer de forma especial al Pastor Carlos Raúl y a su familia por su hospitalidad. A Licet y Arlenis por la sazón de su deliciosa comida, a Frank Rojas por ese abrazo del sábado y a todos los que de una forma u otra contribuyeron al éxito de este encuentro que propició el imprescindible Alexey Games.
Creo que una vez más queda demostrado que es absurdo invertir recursos y capital humano que el país necesita en muchas esferas vitales, para impedir este tipo de acercamientos entre cubanos. De una forma u otra, quienes quieren encontrarse se encontrarán y la represión violatoria de los derechos fundamentales no hace más que acelerar los procesos naturales de búsqueda del progreso y la libertad, innatas en todos los seres humanos.
Reitero mi agradecimiento a toda la gente linda de Jagüey y por qué no, saludo también a las autoridades que una vez enteradas de mi presencia, decidieron apostar esta vez por el respeto, premisa que siempre ha estado y estará presente en nuestra práctica política y ciudadana. Este es el único camino posible para garantizar la paz presente y futura de la nación cubana, que debe reconstruirse con todos y para todos.
Ing. Eliécer Ávila
Pte. Somos+
Fotos del encuentro, en nuestra galería:
Eliécer Ávila
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Muy buena experiencia. Ojalá y muy pronto todas las tendencias y puntos de vista puedan discutir pública y civilizadamente sus puntos de vista
Me alegro mucho de tu exito, un abrazo, mis respetos para Eliecer y sus grupo de cubanos valientes
QUE TODOS OPINEMOS,ES LO MAS JUSTO EN TODO,ASI LOS ERRORES O TRIUNFOS SERAN COMPARTIDOS Y SERA MEJOR VISTO POR TODA LA SOCIEDAD…