Ni queso, ni puré de tomate, ni vergüenza

 

fotoreportaje

 

 

Por: Niurvys Roca y David George

En el 2014 logré ir a Cuba para visitar a mi padre que estaba muy enfermo, después de una odisea, ya que mi pasaporte cubano se había vencido y tardó casi 5 meses en llegar. Lo necesitaba con urgencia, viajaba porque a mi padre en esas fechas le amputaban una de sus piernas y yo quería estar en ese proceso tan difícil para él, pero nada, tuve que esperar como tantos que van a tomarse una cerveza Cristal o a especular de las cadenas rentadas. No solo fui humillada pagando un exceso de dinero por un documento que sólo me sirve para entrar en mi propio país, sino que también tuve que esperar el tiempo que entendieron ellos para que yo pudiera ver a mi padre, quien para esa fecha ya no sólo le habían operado sino que estaba en su proceso de rehabilitación física y mental.

Después de tanto esperar solo pude permanecer una semana. Mi economía entre pasaporte, dos pasajes de ida y vuelta, dinero para estancia, medicinas para mi padre y familia, y hasta la ropa y productos de diabéticos que en Cuba simplemente no existen, no alcanzó para mucho más. Esa semana pasó de todo como en «Boticas», cosas entre ir a pedirle a las 12 mil vírgenes para que apareciera una medicina que fui buscando a 12 mil farmacias, hasta los precios impagables en las tiendas donde supuestamente hay lo que no te dan con la libreta que compra nuestras libertades. Hoy quiero compartir con ustedes las fotos que tomé ese 2014. Me encantaría ver qué dicen mis Davises, los troles que tanto amo y Ricardo, nuestro teniente preferido que trabaja para la Seguridad del Estado y es reconocido por sus creativas amenazas y chantajes de no permitir más Partidos ni Democracia.

Fui esa mañana a la tienda por queso y puré de tomate, terminé en cuatro tiendas dando “tremenda pata”, como decimos en buen cubano. No había algo tan básico como eso, bueno… no había tampoco papel higiénico, bolsas plásticas, cambio de dinero en la caja y al parecer tampoco vergüenza, respeto por las ideas ajenas, derechos ciudadanos, ni una lista de infinitas escaseces.

Entonces recordaba las colas que hice desde los 2 años que salí del coche para bebés, hasta los 21 años que salí de mi país. Pensaba cuando trabajaba por 10 CUC al mes: ¿Cómo vivía?

Bueno, yo tenía trabajos extras y a mi madre en el exterior, de lo contrario no comía pero mi pregunta continuaba: ¿Cómo viven los que no tienen? Y tomé fotos con la esperanza de que toda mi vida hubiese estado engañada con los precios por algún tipo de ilusión óptica, pero no, estaban ahí las imágenes delatando precios, en ocasiones, más elevados que en mercados de Manhattan. Mantengo mi esperanza de estar equivocada y por eso los traigo aquí, junto a algunas comparaciones para que me digan:

– ¿No es verdad lo que veo?

– Muy pronto esto va a cambiar.

Sí, esto es real, no se indignen, eso no es nada, hoy en pleno 2016 la cosa está peor. Y yo quejándome porque no había queso, puré de tomate, ni vergüenza. Mi amigo George David me envía una colección de la variedad exquisita de estantes vacíos que también comparto con ustedes. Es verdad eso que decía mi abuela, quien estuvo en la clandestinidad con Frank País: «El Comunismo no funciona, es inhumano, termina violando derechos básicos y callando a todos los que no creen en él. El Socialismo es tan sólo una ilusión, imposible de plasmar en la realidad incluso en sus inicios, muchos pensando y pocos haciendo.»

Claro, ahora comprendo los estantes vacíos. Gracias al Comunismo no funciona el proceso para que los productos lleguen, y gracias al Socialismo imaginamos que algún día alguien pondrá esos productos y se apiadará de nuestra hambre y necesidad. «Tengo lo que tenía que tener» decían por allí.

¡Tun tun!

¿Quién es?

La realidad

¿Qué quieres?

Decirte que nadie pondrá nada ahí y que todo seguirá sin funcionar, porque hay que salir a buscar lo que uno necesita y es responsabilidad de todos que las cosas estén bien. Si algo va mal cámbialo o deséchalo, que la vida es muy corta para estar con necesidades y sin derechos, para de quejarte y deja de ser la víctima, tic tac corre el reloj y depende de ti que los nuevos tengan estantes repletos con precios acorde a los salarios mínimos. ¡El cambio eres tú!

Fotos: (Para abrir el album, dar clic sobre la foto)

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4 comments on “Ni queso, ni puré de tomate, ni vergüenza
  1. Acabo de estar un mes en Cuba,el único puré de tomate que encontré fue tomate frito de 800g y cuesta más de 3 CUC,habia otro de 500g y costaba más de 1CUC,todo importado,la producción nacional segun ellos es deficiente debido al clima.

  2. Y lo mas triste es que si te quejas de esos pesimos servicios y de la mala calidad y alto precio de los productos que necesitas eres contrarevolucionario y apatrida y si reclamas libertad y derechos vasicos como libertad de expresion y pluripartidismo te entran a goñpes en las calles y te meten preso
    Hasta cuando cuba seguira con tan grande esclavitut

  3. y eso que no tienes las estadisticas de las personas que defecan en una letrina, o que el techo de su casa es simplemente paja y su piso la tierra bendita.
    Te anuncio que el regimen ante el anuncio claro que va perder el poder endurecera el regimen como en otras ocaciones. Pero de que los chicos se quedan con el poder dalo por hecho es una dinastia familiar unica que no va renunciar a sus mieles, ellos tienen pure,queso y de todo

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