Los doce trabajos de Heracles

 

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Por: Armando Navarro

Para llevar a cabo un cambio radical que dé vuelta a la página, debemos comenzar –a mi consideración- haciéndonos estos cuestionamientos: ¿A qué atribuimos la degeneración que ha habido en Cuba desde hace tantos años: a la autocracia de Fidel Castro, al grupo de sus colaboradores, a esa generación que tomó el poder en el año 1959, a la presencia histórica de Estados Unidos (en su relación de amor y odio con la isla) o al miedo, el choteo y la indolencia de un pueblo consigo mismo?

Cada una de esas preguntas merecería un ensayo bien enjundioso, de modo que intentaré sintetizar: en mis estudios sobre la personalidad de Fidel Castro, he llegado a la conclusión de que el gran mérito de su vida es haber logrado lo que se propuso: ser alguien que removió la historia del siglo XX. Es el mérito que nadie podrá quitarle.

Es el ser más camaleónico que existió en ese siglo, un hombre sin más credo que el del poder: cuando tuvo que ser matón fue matón; cuando tuvo que enfrentarse al sistema que creó a los matones se hizo líder de la oposición estudiantil; cuando tuvo que ser ateo abandonó hasta el recuerdo de su formación religiosa; cuando ser comunista era una peste, dijo no haber creído jamás en el comunismo y cuando ser comunista le garantizó el mantenimiento del poder bajo la égida soviética, dijo que siempre había sido comunista. De Raúl siempre se supo qué esperar, pero de Fidel jamás.

Luego, si analizamos la concentración del poder que tuvo en sus manos hasta hace unos años, es infantil e ingenuo exculparlo. Como es ingenuo exculpar a Estados Unidos y a todas sus presidencias, que no han logrado establecer una política inteligente en relación con Cuba y han propiciado la permanencia de Fidel en el poder.

Como, a pesar de estar amordazado, controlado y desinformado totalmente, tampoco se puede exculpar al pueblo cubano por su inopia y su mansedumbre medrosa, que a pesar de su inconformidad mayoritaria con la situación no ha logrado sacar fuerzas para sacudirse del yugo de Fidel y el totalitarismo.

El que Cuba llegue a ser una democracia real alguna vez dependerá de los políticos. El cubano hoy es un animal apolítico porque ninguno de los políticos que ha conocido les ha resuelto sus problemas. Y el cubano no acaba de reconocer que la culpa es de él mismo, que siempre esperó por la llegada de un Mesías, de un caudillo, en vez de confiar en las instituciones democráticas más que en el hombre, que siempre es imperfecto.

El cubano está herido de política. En ambas orillas. Y por eso hacer política resultará difícil, especialmente luego de que los cubanos hayamos visto cómo en ambas orillas se lucra a costa de nuestro sufrimiento. Hará falta una cuota de honestidad y de transparencia aplastante, y paciencia, mucha paciencia. Y sí, creo que Cuba volverá a ser una nación democrática, aunque en lo personal piense también que el cubano -por su ignorancia política- es más cercano a la anarquía que a la democracia. Ya habrá tiempo de educarlo para transformar esa tendencia, y llevarlos así por le camino de la organización.

Ese cambio, por desgracia, será penoso y largo. Ha sucedido así en todas las naciones que salieron de sistemas totalitarios: España vino a salir del bache en el cual la hundió Franco, hace sólo unos años; los países del ex campo socialista no acaban de alzar cabeza; la propia Rusia sigue empantanada con tantos problemas sociales como tuvo durante el socialismo, con la diferencia de que ahora el mundo puede conocerlos.

Deberán pasar años porque el país ha tocado tan a fondo en sus aspectos sociales, económicos y morales que hará falta hacer mucho. Sin embargo, a pesar de que el cambio será otro proceso dramático y penoso para el pueblo, pienso que debemos ponernos metas, buscar vías, concretar métodos, y finalmente, trazar estrategias viables para sacar al pueblo de la abulia, para despertar en ellos el patriotismo por tantos años dormido. El cambio está en nosotros. Estoy seguro de que somos+.

 

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2 comments on “Los doce trabajos de Heracles
  1. La solución de Cuba está en la anexión sino volveremos a tener un nuevo dictador, se lo aseguro. Patria es en cualquier parte del planeta que se viva en libertad y justicia. La historia ha demostrado que no sabemos escoger nuestros mandatarios, después de revoluciones tras revoluciones y dictaduras tras dictaduras, mejor estaríamos protegidos por esta nación, siendo un estado más con nuestro propio gobierno; pero supervisado por el gobierno federal.

  2. Yo me propongo con esta Historia de Cuba de mis recuerdos no copiada de ningún libro solo lo que yo recuerdo desde tuve uso de razón, mi propósito es informar lo que paso y lo que podría pasa si Cuba volvería ha ser libre, es seguro que por la trayectoria política revolucionaria, cometeríamos los mismos errores, porque si no reconocemos nuestros errores, lo volveremos a cometer.

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