El racismo en Cuba: ¿Mito o realidad?

 

racismo

 

Por: Gretther Yedra

 

Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad

Martin Luther King Jr.

 

En conversación con mi amigo Elier Álvarez, más conocido por todos en la Isla como el Brujo, este me hacía referencia al racismo solapado que yace en el subsuelo político de nuestro país.

Al principio, no comprendía su actitud, su posición con respecto a tan controvertida cuestión, pero tras estudiar e investigar sobre el tema, se me hizo obligatorio escribir. ¿Hay racismo en Cuba? Ciertamente sí. Aunque es penoso decirlo, el racismo en Cuba yace agazapado en las sombras de la sociedad.

Roberto Zurbano eminente intelectual cubano, sostiene: “La diferencia económica creó dos realidades contrastantes que persisten hoy. La primera es la de los cubanos blancos, que han movilizado sus recursos para entrar en una nueva economía impulsada por el mercado y cosechar los beneficios de un socialismo supuestamente más abierto. La otra es la de la pluralidad de los negros, que es testigo de la muerte de la utopía socialista”.

Desde hace tiempo, un tono defensivo se cierne sobre la cuestión del origen étnico, en parte debido a que Fidel Castro dijo poco después del triunfo de La Revolución que el racismo se había resuelto, con lo que convirtió el tema en tabú.

El cierre a esta problemática, en parte, provino del orgullo: algunos de los logros más visibles de la Revolución estuvieron relacionados con el fin de la segregación institucional, en los clubes de playa, las escuelas y en los barrios donde muchos de los hogares de los cubanos blancos y ricos que huyeron del país pasaron a manos de cubanos negros.

En una isla en la que dos terceras partes de la población son negra y mestiza, según un estudio de 2007 del economista cubano Esteban Morales Domínguez, aproximadamente un 70 por ciento de los puestos de liderazgo civil y público están en manos de blancos. Morales Domínguez también encontró que, en algunos ámbitos, casi un 80 por ciento de los científicos, técnicos y profesores universitarios eran blancos.

Entre los cubanos de todas las razas hay una preocupación creciente de que una mayor brecha económica también sea racial. Muchos investigadores cubanos han observado que las viejas fuerzas están activas de nuevo. A medida que el turismo ha crecido y se ha vuelto más lucrativo —las propinas de un día pueden exceder el pago mensual del gobierno—, el personal de los hoteles y restaurantes se ha vuelto menos representativo, casi no aceptan negros. Pero esto no se dice, es un acuerdo tácito entre gerentes y empresarios.

La mínima apertura económica de Raúl Castro, que permite que haya pequeños negocios en Cuba, también ha tendido a favorecer a aquellos que ya tienen vínculos con el poder en el gobierno, o parientes en el extranjero: una élite en crecimiento que es desproporcionadamente blanca.

Lo que es frustrante, es que los funcionarios cubanos muestran poco interés en escuchar o hablar del tema. Si uno silencia la idea de que hay racismo, uno silencia cada conversación sobre el problema. Si uno calla sobre este tema, también está siendo -de algún modo- racista.

Por eso los comentarios de Obama cuando visitó Cuba, causaron revuelo. Al enfatizar que quienes cuestionaron al gobierno lograron el cambio en Estados Unidos, los comentarios y la sinceridad de Obama instilaron esperanza en muchos cubanos y ofrecieron un voto de confianza motivado por la complicidad. “Cuando empecé a ir a la escuela, todavía estábamos luchando por eliminar la segregación en las escuelas del sur de Estados Unidos”, dijo. El primer presidente negro demostró que las personas negras pueden ser líderes. Los negros necesitan ver que puede ocurrir lo mismo en Cuba.

Y, sin embargo, Cuba no ha superado el racismo más que cualquier otro lugar. Muchos afrocubanos aquí y en el extranjero no han dudado en señalar que la presencia de Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, solo enfatiza que el gobierno cubano no refleja la demografía de su país.

En el artículo publicado por New York Times, Roberto Zurbano, alega: «El Gobierno no ha permitido que los prejuicios raciales sean debatidos o confrontados política o culturalmente. En lugar de esto, a menudo ha pretendido que no existen». Criticó.

“En pasadas décadas, poner en duda el grado de progreso racial era equivalente a un acto de contrarrevolución. Esto hizo imposible señalar lo obvio: el racismo está vivo y saludable», afirmó.

En Cuba hay racismo contante y sonante, como reza el dicho, y es deber nuestro, acabar con estas poses superficiales y denigrantes. Tengo fe de que, en el instante en que nuestro país comience a cambiar y a erigirse en verdadera sociedad democrática libre de todo el lastre dictatorial, desde ese día Cuba será un lugar diferente.

Ser racista no es solamente excluir a los negros, ser racista también es no incluirlos. Empoderarlos como ciudadanos capaces y dignos de dirigir a su pueblo, brindarles mayor igualdad de oportunidades es una obligación que debemos exigir a nuestros dirigentes futuros. “Siempre es el momento apropiado de hacer lo correcto”, dijo un gran hombre afroamericano llamado Martin Luther King. Este es el momento, hermanos.

No caigamos nosotros, como Movimiento, en el deleznable error del racismo institucionalizado. Recordemos hoy a nuestro Martí y honrémoslo con una actitud digna: “Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro. Cubano es más que blanco, más que mulato, más que negro (…) El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza u otra: dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos”.

 

Fuentes consultadas:

  • Esteban Morales Domínguez. Desafíos de la problemática Racial en Cuba, Editorial Fernando Ortiz,2007.
  • Esteban Morales Domínguez. Teoría Sociopolítica (coautor). Editorial Félix Varela, La Habana,2000,(Premio de Mayor Aporte a la Educación Superior en la UH, y Premio del MES). Coautor.

 

 

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Gretther Yedra Rodriguez

Nací en un pueblo de una hermosa ciudad el veinticuatro de junio de 1982. Crecí y me formé con unos padres que inculcaron en mí, más que amor por la revolución o por los líderes de esta, un inmenso amor a la Patria y a un Martí desconocido por muchos en nuestra Isla. Licenciada en Español y Literatura,  tuve el orgullo de ser maestra y de formar en mis alumnos valores y principios dignos de un ser humano. Creí, como muchos... y también me decepcioné. Una tarde, con mi niño de la mano y un montón de recuerdos, tristezas, inconformidades, algo de desasosiego y otro poco de incertidumbre, me marché de mi patria. Mientras el avión despegaba los versos de José María Heredia se asieron a mi maleta y desde entonces no me abandonan... No sería martiana, y mucho menos cubana si no luchara de algún modo por una Patria Libre. Tengo una fe inconmensurable en el movimiento Somos +, es por eso que desde mis palabras estaré con ellos.

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7 comments on “El racismo en Cuba: ¿Mito o realidad?
  1. Muy atinados los comentarios, muestra como el discurso separa a los negros y por otro lado toman posiciones en cuanto algunos favores. Es decir, UN NEGRO para las escuelas de arte. eso es una beca, se puede hacer directamente con un barrio específico por las características del mismo y en busca de una equidad social, pero siempre qeu forme parte de un discuros que llegue a cada rincón y se vea insuficiencia debido a que la gente se sientan mucho más excluidos o porque sea imposible que la información llegue a un punto determinado, es decir, forma parte de una estrategia a largo plazo políticamente. Ahora bien, cuando el discurso omite este hecho se vuelve parte de una estrategía contra el desarrollo del mismo pueblo. Por tanto el diálogo tiene que buscar la forma de visibilizar el problema y se incluya en la agenda de cada uno de los movimientos Políticos actuales porque es evidente que el gobierno desee que pernazca el unipartidismo pero se están plurificando los criterios y solo existe el unipartidismo en el discurso gubernamental y buscarán más métodos de apagar las voces y en buen Cubano, ya es por gusto porque existe internet. Un gran logro será que esto forme parte de la Agenda Política de Somos + y del PCCC. Por otro lado, Sussette, el NEGRO NO TIENE PODER, mira las cifras que se muestran en el artículo, eso es un hecho, por tanto el Negro culturalmente DUDA de la actitud del propio negro debido al discurso predominantemente BLANCO. A Zurvano por su artículo en el NEW YORK TIMES quisieron botarlo de Casa de las Américas y una negra, Nanci Morejón, que fue maltratada por negra y por lesviana, se manifestó en su contra, decir eso es deconocimiento de la realidad objetiva en la que vivimos. Solo fíjate en las estadísticas del artículo y te darás cuenta que es una pelea de León a mono.

  2. CuentaN que, después de los sucesos de Playa Girón, Fidel Castro visitó a los prisioneros y dicen que se asombró mucho al ver a un negro y le dijo:

    – ¿Tú no sabes que ahora los negros se pueden bañar libremente en las playas.

    el prisionero miro y le contestó:

    – Comandante, yo no he venido a bañarme en la playa, sino a liberar Cuba del comunismo.

    También cuentan que ese prisionero se llamaba Tomás Cruz.

    No se si es cierto o no, pero lo que si se es que solo hay un tipo de cubano: los CUBANOS.

  3. Leer esto es un paso de avance para todo un país que nadie piensa en ese país desde lo que muestran las estadísticas por la manera en que se ha manejado el discurso. Me emociona muchísimo -estoy llorando como un niño- porque si creo en alguien es en Martí y por tanto creo en el poder que tenemos los Cubanos, te lo digo y te lo repito Getther, GRACIASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS.

  4. Por decreto ministerial, tenía que haber una representación negra en las matrículas de escuelas de arte!
    Será racismo esto????

    • Si, creo entender el sentido de su comentario y no es ofensivo en lo absoluto; pero cualquier discriminación negativa o positiva es mala.

      Lo que debe mirar el funcionario es solamente si el solicitante de la matrícula está capacitado o no.

  5. Creo que la cuestión de la discriminación racial en Cuba toma mayor fuerza desde su base, o sea, más allá de que sea o no discutida en foros sociales o a nivel gubernamental, el proceso de cambio necesita ser más efectivo comenzando por los propios negros. ¿ Como un negro puede discriminar a otro negro? . Eso sucede en Cuba todavía. Insisto. Creo que seria importante crear bases sólidas para que la lucha contra el racismo no quede en papeles y comunicados al aire.
    Tuve una abuela mulata. Y un bisabuelo negro. Y aunque soy una jabá que a mucha honra lleva sangre de Mariana, pienso que lo primordial será enfocarnos en cambiar nosotros mismos.

    • Exacto Sussette, el cambio está en nosotros y lo que tenemos que hacer es esforzarnos los «sacarlo fuera».

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