El Rey reina, pero no gobierna

 

F monarquías europeas

 

José Manuel Presol.

 

Ser una república no representa garantía de ser una democracia (qué nos van a decir a nosotros los cubanos), pero, tampoco, ser una monarquía significa ser una dictadura.

Aunque en algunas partes del mundo sigan existiendo monarquías dictatoriales y tiránicas, tenemos otras, como las existentes en Europa y Japón, donde no podemos dudar de su carácter democrático. Estas últimas deben su carácter de democráticas a un “apellido” que suele acompañar a su nombre para denominarse “monarquías constitucionales o parlamentarias”.

Esto solo significa que el Rey (o Reina) no es el máximo poder decisorio de la nación, solo es su “máxima representación”. El monarca tiene, normalmente, bastantes atribuciones, pero, si las miramos detenidamente, son meramente simbólicas y prácticamente está imposibilitado de tomar decisiones, si no es coordinado y subordinado al gobierno, al parlamento o al poder judicial.

Tenemos monarquías cuya historia se pierde en los tiempos, como es el caso de Japón y monarquías más recientes. Incluso tenemos monarquías que ni siquiera son de “sangre azul”. No se asombren, la monarquía sueca (la Casa Bernadotte) fue fundada al nombrarse monarca a un mariscal de Napoleón, cuyo padre era un jurista, o sea un burgués. Incluso hoy día el escudo de los Bernadotte tiene en su mitad izquierda la bandera de Francia.

Países a los que no imaginamos sin su reina, tuvieron sus cortos episodios de “República”, como es el caso del Reino Unido y los pocos años de duración del “Protectorado” (1653-1659) dirigido primero por Oliver Cromwell y luego por su hijo Richard Cromwell. Por cierto el Reino Unido no es una monarquía constitucional en sentido estricto, pero solo por el hecho de que es el único país democrático del mundo que no tiene Constitución escrita, pues la sustituye por un conjunto de Leyes, Sentencias Judiciales, Tratados, etc., que cumplen ese papel.

Incluso tenemos el caso de Bulgaria, donde el Rey destronado por los comunistas en 1946, un joven Simeón II, regreso al poder, pero nada menos que bajo la forma de Primer Ministro de la República de Bulgaria. Simeón II ganó unas elecciones en el 2001, e igualmente que fue elegido democráticamente ese año por el pueblo, en 2005 abandonó su cargo, también democráticamente. Posiblemente sea el único caso de un monarca que es destronado y vuelve al poder en una república.

Hay incluso leyendas que demuestran la gran tradición monárquica en muchos pueblos europeos, como es esa en la cual se cuenta que cuando los nazis ocuparon Dinamarca y dieron la orden de que todos los judíos debían llevar la Estrella de David en su ropa, ocurrió que el rey, Cristián X, salió a la mañana siguiente a pasear con una Estrella en su brazo izquierdo, esa tarde todos los habitantes de la ciudad también la llevaban.

Pero ¿por qué existen esas monarquías? Sencillamente porque han sabido adaptarse a los hechos históricos y, de grado o por fuerza, según se produjesen esos hechos, han renunciado a todas sus prerrogativas, quedando su función, dependiendo de cada país, en una meramente representativa.

Así el monarca es el Jefe del Estado, pero tiene tan limitado su poder que prácticamente no puede hacer nada sin la aprobación del Primer Ministro, casi se puede decir que es éste quien dice al rey lo que debe hacer.

El rey es quien firma las Leyes y Decretos, pero junto a su firma está la del primer ministro o la del ministro implicado, sin la cual no es válida.

También suele ser el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, pero me cuesta pensar en un militar de estas naciones que obedezca una orden real que sea anticonstitucional.

Otra función es ser la máxima representación del país, pero raramente viaja si no está acompañado por los auténticos representantes, es decir ministros y equivalentes.

También cada vez vemos que la llamada “sangre azul” se va diluyendo más, recordemos lo dicho sobre Suecia, ya que hoy son muy frecuentes los matrimonios de los herederos a la corona con personas que no provienen de casas reales; ese es el caso del Gran Ducado de Luxemburgo, por si le hace ilusión a alguno de los lectores, donde la actual Gran Duquesa de Luxemburgo, de apellidos Mestre Batista (1), nació en Marianao… si, ese Municipio de La Habana.

En fin, estas monarquías se mantienen por la tradición pero, además, esencialmente, y como hemos dicho en el título porque “el Rey reina, pero no gobierna”.

 

(1) Nada que ver con el anterior dictador.

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Jose Manuel Presol

Nací en la capital de “la Tierra más hermosa que ojos humanos vieran”, un 23 de septiembre de 1952. Salí un 30 de septiembre de 1967, con quince años recién cumplidos y, por el horizonte, empezaba a salir el Sol. No he regresado. Estudios superiores, medios o básicos en muchas cosas, fundamentalmente: Economía, Industria Alimentaria, Agroindustria, Finanzas y Gestión de Proyectos, Transporte, Logística. Vicioso de la lectura. Aficionado a la Historia. Miembro de Somos+. Espero volver algún día, mejor dicho: estoy seguro que volveré y que acabaré de ver salir el Sol.

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4 comments on “El Rey reina, pero no gobierna
  1. La sangre de Fidel y Raúl es rojita, rojita como la de su querido pueblo, allá uds que la tienen de diferentes colores, según les convenga, cambian de color como el camaleón.

  2. No se de q color piensan los castros q tienen la sangre;eso me recuerda mucho al rey Christopher I de Haiti.

    • Eduardo, si me permite el «chiste» como la revolución que se decía que era verde como las palmas, y resultó verde por fuera y roja por dentro, como los melones.

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