26 de Julio, Carnaval en Santiago

 

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Por: José Manuel Presol.

 

La Revolución declara su respeto absoluto y reverente por la Constitución que se dio al pueblo en 1940 y la restablece como Código oficial. Declara que la única bandera es la tricolor de la estrella solitaria y la lleva como siempre, gloriosa y firme, al fragor del combate, y que no hay otro himno que el nacional cubano, reconocido en el mundo entero por la estrofa vibrante: ¡Que morir por la Patria es Vivir!”

Raúl Gómez García.

Manifiesto de los Moncadistas a la Nación.

Esto lo escribió uno de los moncadistas muertos por nuestras libertades. El manifiesto es más amplio y revela las verdaderas ideas de aquellos hombres. El que quiera asombrarse, o no, ya nos asombramos de poco, puede encontrar el texto completo en este link, que, para que no digan que es propaganda “gusana”, corresponde a una publicación de dentro de la Isla:

Se pueden apreciar fácilmente tres de las grandes traiciones castristas a la Revolución y al Pueblo cubano:

* La Constitución del 40 u otra similar, no ha sido restaurada.

* La bandera nacional no es la única, podemos ver las rojas del PCC y las bicolores del “26”, eso sí, estas despojadas de su sentido original.

* La Bayamesa no es el único himno, ya que se ve obligado a compartir espacio con otros

El Manifiesto mencionado nunca fue leído, pues  el Asalto falló, pero, si hubiese triunfado nunca hubiera sido leído por la persona destinada a ello.

Fidel Castro, una vez más, dispuso de las personas sin consultarles. El periodista destinado  a su lectura era Luis Conte Agüero. La noche del 25 al 26, Fidel fue a casa de la madre de Conte para comunicarle, ¡entonces!, su misión. Tuvo dos sorpresas: 1) Conte ya no vivía allí, pero además 2) tampoco en su apartamento santiaguero, puesto que se había mudado a La Habana. Concretamente, la noche del asalto estaba celebrándolo con su hermano y cuñada.

Conte no fue al único a quien no se comentó nada. La mayoría de los asaltantes no sabían a lo que iban a Santiago e incluso, hasta que estuvieron en ruta, no sabían que marchaban a  Oriente. Buena parte pensaba que era un nuevo ejercicio y, los que sabían algo, pensaban que podrían aprovechar para divertirse en los carnavales. O sea, se les engañó. El propio Boris Santa Coloma tenía tal desconocimiento que se compró unos zapatos a la moda, de dos tonos (blanco y carmelita), y tres corbatas, y los llevó durante el Asalto, pues parece que los soldados se referían a él como “el de los zapaticos de dos tonos” ¿Hay alguien, en su sano juicio, que se compre unos zapatos y 3 corbatas para asaltar un cuartel militar? Esto quien lo afirma no es ninguna “contrarrevolucionaria”, es nada menos que la propia Melba Hernández.

 

#Cuba Hubo moncadistas que carecían de formación en el uso de las armas Clic para tuitear

 

Hubo moncadistas que carecían de formación en el uso de armamento, y a otros se les engañó con un destino falso. Ese fue el caso de Gustavo Arcos, fundador del Comité Cubano pro Derechos Humanos, a quien se dijo que iban a ayudar a desembarcar armas “para los auténticos”, de las cuales les darían parte; pero es que las mentiras continuaron hasta el mismo ataque con Fidel diciéndole que ¡dentro del carro que les llevaba al Moncada!, que Bayamo ya estaba tomada.

Al “26” como fecha de asalto al cuartel Moncada hay que darle un mérito, y es que cambió la historia de Cuba, pero hay cosas que no se conocen mucho y otras, de la historia oficial, que son puro invento.

Una cosa que se sabe poco es que casi todo era conocido por el Servicio de Información Militar, bien fuese por las indiscreciones que iban desde fotos de “todo el equipo” después de las prácticas de tiro, o las de Jesús Montané señalando con un círculo el número 26 en un calendario o contando a que el 27 iba a ser coronel; o bien por la traición de alguien que no ha sido identificado.

 

#Cuba Los mitos y mentiras en la historia del asalto al Cuartel Moncada al descubierto Clic para tuitear

 

El resultado fue la presencia de oficiales del SIM, que ordenaron anular los permisos, reforzar la guardia, artillar dos jeeps con ametralladoras, registros en la Carretera de El Caney en lugar de la de Siboney (debido a una mala trascripción) buscando una granja de pollos y emplazar una ametralladora en el patio de maniobras frente al cuartel, apuntando precisamente a la posta 3, por donde iban a entrar los asaltantes. Quien dude que mire las fotos del Moncada en días posteriores y podrá ver señales en la paredes que no pudieron ser hechas por las escopetas ni los «fusilitos» de calibre 22 que llevaban.

 

Cuartel Moncada

Se duda de la presencia de Fidel en el Moncada, pero sí estuvo; aunque mejor hubiese sido que no. Iba manejando el segundo auto y al llegar lo estrelló, causando la caída accidental de Gustavo Arcos, que salía del carro para detener a un cabo, disparándosele su pistola empezando la alarma en el cuartel.

Tampoco es de extrañar que lo estrellase. Si hacemos caso a su relato en “Cien Horas con Fidel”, de Ignacio Ramonet (también publicado como “Fidel Castro: biografía a dos voces”), iba manejando un carro de cambio manual, llevaba en una mano una escopeta, en la otra una pistola y sostenía la puerta entreabierta; o sobran cosas o faltan manos.

Su estancia fue muy corta, pues  Juan Almeida que venía algo detrás no llegó a pegar un tiro, porque antes de empezar oyó a Fidel gritando: “retirada”. En la segunda parte de este post tendremos el final del tan mencionado asalto al Cuartel Moncada.

 

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Jose Manuel Presol

Nací en la capital de “la Tierra más hermosa que ojos humanos vieran”, un 23 de septiembre de 1952. Salí un 30 de septiembre de 1967, con quince años recién cumplidos y, por el horizonte, empezaba a salir el Sol. No he regresado. Estudios superiores, medios o básicos en muchas cosas, fundamentalmente: Economía, Industria Alimentaria, Agroindustria, Finanzas y Gestión de Proyectos, Transporte, Logística. Vicioso de la lectura. Aficionado a la Historia. Miembro de Somos+. Espero volver algún día, mejor dicho: estoy seguro que volveré y que acabaré de ver salir el Sol.

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3 comments on “26 de Julio, Carnaval en Santiago
  1. Señores, las prisas me han traicionado una vez más. Las anécdotas que he atribuido a Jesús Montane realmente fueron de Renato Guitar.

    Montane estaba muy ocupado inventando una disculpa para justificar su no presencia en el Asalto. Al final se le ocurrió la de: «muchachos, se poncho una rueda».

  2. El invencible comandante siempre supo sacarle el cuerpo a lo mojado y li supi hacer mut bien.en alegria de pio no se supo donde estaba,de la comandancia de la plata no salia a no ser para casar soldaditos con su fusil de mira telescopica, lo del tanque de giron puro cuento , hasta se hizo preparar dos refugios antiatomicos en epoca del presidente RONALD REGAN.

    • En Alegría de Pío estaba escondido en el cañaveral. Si no llega a ser por Camilo, con su «!coño, aquí no se rinde nadie. Carajo» y a Raúl, hay que reconocerlo, el desastre hubiese sido mayor.

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