#Otro18: Impulsando el cambio

 

otro18

 

Integrantes de la MUAD explican cómo influirá decisivamente #Otro18 en el futuro de nuestro país. Estos opositores buscan incidir con sus propuestas en una apertura democrática que se manifieste en las elecciones que se celebrarán en Cuba en 2018. Así lo enfatizan en este vídeo tanto Eliecer Ávila, presidente de Somos+ y varios miembros de la organización, como el abogado Wilfredo Vallín y el líder opositor Manuel Cuesta Morúa. La iniciativa promueve el cambio desde el derecho reconocido en la propia Constitución.

 

 

 

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3 comments on “#Otro18: Impulsando el cambio
  1. Ricardo Trelles

    Es una opinión bastante larga, pero creo que dos elementos son básicos en lo que dices

    1ro. Realmente¨ La sociedad es un asunto de todos¨, pero es que en Cuba no son todos los que quieren cambiar el sistema socialista, solo unos pocos contrarrevolucionarios, incluidos los de Son los Mismos, en eso ya tienen un gran problema con la democracia.
    2do. No hay interés nacional ni colectivo en cambiar el sistema imperante en Cuba, ni siquiera la contrarrevolución puede hablar de democracia representativa, pues ellos solo tienen sus propios intereses, sino mira el reflejo en muchos países del área, pero el más reciente en Brasil con un presidente que ni siquiera obtuvo el 3 % de votos electorales y hoy es presidente por un golpe de estado que lo llevó al poder, o Argentina donde se aplican medidas neo liberales que ya sabemos que son anti populares, por algo hay manifestaciones populares en ambos países. En Cuba aún no hay.

    Planteas que ¨un político con capacidad e interés sincero no debía tener dificultades para tener éxito y promover lo mejor en la sociedad¨. Eso tiene mucho de cierto, pero lo incierto es que la contrarrevolución cubana, dentro y fuera de Cuba, cuenta con líderes capaces e intensiones de promover lo mejor en la sociedad. Tienes mucha razón cuando dices que casi nunca se tiene políticos con capacidad e interés sincero¨, yo diría nunca la contrarrevolución ha tenido líderes políticos capaces ni sinceros.

    • // Y…. //

      ¿Qué es un «contrarevolucionario» de esos que usted tanto menciona?

      Para poder identificar a alguien como que está contra-«algo» habría que empezar por identificar que es ese «algo». Escribir, escribir y escribir repitiendo unos términos indefinidos es poco serio.

      Y, sí, como dije, Cuba se hunde en miseria, degradación y sufrimiento, la gente muere haciendo locuras para irse porque no espera mejora alguna. TODOS los que están en esas situaciones seguro que quisieran que el sistema cambiara. Es sospechoso quien se limite a inventarle combretes a esos muchos.

      Ahora todo el que lea esta página puede valorar cuáles afirmaciones son válidas y respetables.

  2. // Seguramente no lo hacen a propósito, pero ¡eso es entretener a la gente y así colaborar con el mantenimiento del régimen que padecemos! //

    Mientras tanto, Cuba se hunde en miseria, degradación y sufrimiento, la gente muere haciendo locuras para irse porque no espera cosa alguna del régimen *ni de la oposición*.

    ¡Aprendan de Venezuela, donde existen obstáculos pero muchísimas mejores condiciones para el activismo social que en Cuba y el régimen que tienen se despacha frente a *una oposición incapaz*!

    Mientras tanto ustedes ni responden (argumentando en contra quizás, o admitiendo que tienen muchas más probabilidades de dar resultandos importantes) a comentarios como el siguiente *en su mismo sitio de la Web* (http://somosmascuba.com/2016/08/impeachment-y-dialogo-de-paz-para-cuba/).

    El tema del activismo social es extenso y complicado, pero voy a atreverme a resumirlo a partir de un par de principios básicos para empezar. Además, si estos son de verdad los conceptos básicos mucho del resto puede generarse después que se entienda los primeros.

    Principio 1: La sociedad es un asunto de todos, por lo que hay que trabajar para que cada uno, al menos en algún grado, lo entienda *y haga su parte*. Bueno, eso más o menos se dice con frecuencia, pero en la práctica generalmente lo que de verdad se busca es que el ciudadano «participe» solo en la forma de dar su voto (para llegar al mínimo de ellos que hace falta), o también se le utiliza para acciones de efecto como manifestaciones públicas, algunas hasta con riesgos físicos importantes, ver Venezuela en este mismo instante. Luego, después que los aspirantes a posiciones las obtienen, esos ciudadanos que han hecho «su parte» se quedan con los efectos prácticos que resulten, que muchas veces son insuficientes o hasta bien distintos a los esperados. Y los pocos que están «bien conectados» sacan alguna cosilla personal además, mayor si la conección es mayor.

    Principio 2: Poner de acuerdo a varias personas es difícil, a millones de ellas es bieeen difícil, que es lo requerido en un país. Hay dos ayudas grandes en este asunto, que son la existencia del *interés nacional o colectivo* y el sistema de *democracia representativa*. Para mí todo eso de «democracia directa o (seudo)participativa», estar consultando todo, etc. es absurdo, tener reyes, caudillos, «padrecitos», etc., peor.

    Un político con capacidad e interés sincero no debía tener dificultades para tener éxito y promover lo mejor en la sociedad si estudia en detalles y a fondo los intereses comunes reales, los explica, invoca y aplica.

    Pero casi nunca se tiene políticos con capacidad e interés sincero. Y como «alguien» tiene que gobernar (si no, es el caos, tribalismo, caudillismo, etc.) pues casi cualquiera termina en posiciones de gobierno. Llegan a esas posiciones aplicando «técnicas políticas» para manipular a la gente y/o confabulándose para hacer trampas, para dar una apariencia de legitimidad democrática. O se imponen en el poder por pura fuerza o/y «revolucionariamente», con mayores o menores argumentaciones de que saben lo que es bueno para la sociedad y por tanto tienen derecho a imponerlo.

    Según veo las cosas, la mejor manera de enfrentar a todos esos farsantes y abusadores que nos gobiernan o tratan de gobernarnos y establecen regímenes indeseables, es con *educación ciudadana* y con la *generación de políticos-gobernantes que verdaderamente sirvan*.

    La educación ciudadana se logra en las escuelas, con tradición familiar y teniendo medios de comunicación masiva con capacidad y serio interés social, bien distinto al usual interés central de esos medios de entretener a la gente para insertar reclamos comerciales y/o el interés de servir a esos manipuladores y abusadores que necesitamos evitar que prosperen.

    Y tener políticos-gobernantes que verdaderamente sirvan es la parte más importante. Esas son figuras con deseos sinceros y capacidad para comunicar las ideas y para organizar su implementación. Muchos tienen el potencial para serlo, pero si no están en un entorno que los ilumine, estimule y les exija, para que se desarrollen lo que pueden, se estancan o *fácilmente se desvían a ser también farsantes abusadores*. Pienso que un movimiento social que logre incorporar y desarrollar un número creciente de figuras como esas se convierte en una fuerza magnífica indetenible.

    Pasando de ese super resumen a ideas de acción práctica inmediata en Cuba, creo que hay que, muy resumidamente también:

    1. Entender, discutir, *emplear* y difundir ideas como las anteriores.

    2. Crear comités para gobernación futura en cada municipio, provincia y a nivel nacional. Cada comité buscaría y reuniría a figuras como las descritas para estudiar propuestas y estrategias prácticas para implementar, cada uno a su nivel, en la transición del actual sistema de gobierno totalitario a uno que sea legítimo y establezaca normas de funcionamiento social civilizadas, justas, respetuosas de todos y que nos lleve a la colaboración máxima de todos para bien y felicidad de todos.

    El ejercicio de lograr formar y hacer funcionar bien y dar a conocer esos comités y sus integrantes tiene que producir un decisivo efecto social. Sería ver surgir instituciones y métodos alternativos de gobierno obviamente deseables para todos que harían demoronarse las existentes que tenemos impuestas.

    No es una ilusión fantasiosa esperar que en muchas instancias, en municipios por ejemplo, progresivamente se haga obvio el consenso local de que hasta los gobiernos establecidos y los comites deben colaborar y llegar a constituir nuevos cuerpos de gobierno integrados, cuya legitimidad y autoridad quedaría confirmada con una votación ciudadana local.

    Creo que para nada esos sean puros sueños, pero sé que al mismo tiempo la búsqueda de integrantes que sirvan, la constitución, funcionamiento y generación de ideas acordadas *que sirvan*, de comités como esos, es tarea sumamente compleja e insegura. Y no es la generación de autoridad para finalmente la implementación de esas ideas acordadas lo que me preocupa, sino las acciones previas enumeradas.

    Habría que prepararse bien y estar bien preparados para emprender la gestación y desarrollo de comités como esos. Hay que ser, además de atrevido y firme, sagaz, mesurado y hasta cordial, porque hay que sumar gente (que no es lo mismo que tolerar o consentir a malandros), habría que enfrentar hasta acciones bajas, provocaciones y hasta violencia física, aun cuando la acción de uno es totalmente pacífica, constructiva y beneficiosa para todos.

    Y hasta ahí por ahora. No sé si me agradecerán o odiarán por tratar de levantar el telón para empezar a mostrar que el activismo social *serio* es algo distinto (y mucho más difícil, trabajoso y peligroso) que limitarse a quejarse de que «el régimen es malo» y decir que «queremos» que «en el futuro» Cuba sea «así y así», O a hacer peticiones ingenuas al régimen de que cambie las leyes o procedimientos para autodestruírse.

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