Prensa libre: Knockout

 

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Por: Victor Manuel Camposeco

En abril de 1960, desde los periódicos oficiales Hoy y Revolución y la siniestra organización FIDEL, las exigencias de tomar por asalto los tres medios impresos que se mantenían en pie parecían incontenibles. Desde hacía meses las redacciones de los diarios también estaban infiltradas por agentes del Estado.

En abril de 1960, desde los periódicos oficiales Hoy y Revolución y la siniestra organización FIDEL, las exigencias de tomar por asalto los tres medios impresos que se mantenían en pie parecían incontenibles. Desde hacía meses las redacciones de los diarios también estaban infiltradas por agentes del Estado.

Diario de la Marina, el periódico conservador más influyente de Cuba y respetado por editores y público, que en su momento apoyó a Castro, tenía un edificio propio en La Habana, era “un señorial edificio de piedra” en la esquina de Paseo del Prado y la calle Brasil. El 11 de mayo publicaría un desplegado firmado por más de trescientos de sus trabajadores en apoyo a la defensa de la libertad de expresión. Avisados los integrantes de FIDEL por los infiltrados, la noche anterior una numerosa turba tomó por asalto el edificio y sus instalaciones, que en parte destruyeron.

La policía se negó a intervenir. Al día siguiente, en la Universidad de La Habana, la ya domesticada Federación de Estudiantes Universitarios, FEU, encabezó una grotesca celebración: entre bufonadas y burlas sepultaron un ejemplar del último Diario de la Marina que se publicó. Por las páginas de Diario de la Marina habían pasado Pedro Henríquez Ureña, Miguel Ángel Asturias, Mariátegui, Borges, Alejo Carpentier y Lezama Lima, entre muchísimos más. Poco después la familia Rivero, dueños y administradores del periódico se exilaron. El “señorial edificio de piedra” le fue entregado, con sus talleres y oficinas, al periódico comunista Hoy. Se cerró así, violentamente, la vida del Diario de la Marina que entonces celebraba 128 años de haber sido fundado.

Humberto Medrano, subdirector de Prensa Libre, el periódico de mayor circulación en Cuba, publicó un texto al día siguiente: Es doloroso atestiguar el funeral de la libertad de pensamiento en un centro dedicado a la cultura […] Porque lo que fue sepultado anoche [en la Universidad] no fue un periódico. Simbólicamente fueron enterradas la libertad de pensamiento y expresión. Colofón obligado de ese acto ha sido el comentario del periódico Revolución. El título de ese comentario lo dice todo: “Prensa Libre en el camino de La Marina”. No tenían que decirlo. Todo el mundo lo sabe.

 

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El 4 de julio, por la noche, la turba FIDEL tomó por asalto las instalaciones de Prensa Libre. Medrano abandonó el edificio, la calle pululaba de activistas. Uno de ellos intentó detenerlo, vociferando comentarios para la ocasión, pero otros se lo impidieron. Medrano montó en su auto y se fue a pedir asilo a la embajada más próxima, la de Panamá. Acaso recordó durante el trayecto las seis veces que la policía de Batista lo detuvo, antes del triunfo de la Revolución, para interrogarlo, por publicar comentarios que disgustaron al dictador de entonces. Días después Humberto Medrano, escoltado hasta el aeropuerto por el embajador de Panamá, salió con su familia en un vuelo comercial a Miami. Esa misma semana consiguió trabajo de taxista. Pronto empezó a escribir para un periódico local y se dedicó desde entonces a luchar por el respeto a los derechos humanos en Cuba. Tiene 85 años de edad.

Bohemia era a finales de los años cincuenta la revista más importante de Latinoamérica. Fundada en 1908, la dirigía entonces Miguel Ángel Quevedo, hijo del fundador. “Bohemia informaba cuando informar era peligroso”, dijo en 2008 Humberto Medrano. La primera entrevista que concedió Fidel Castro a un medio de comunicación cubano, en la Sierra Maestra, fue a Bohemia. La revista envió a Agustín Alles Soberón, quien también entrevistó al Ché.

Los editoriales, reportajes, fotografías y los artículos a favor de Fidel Castro, de Alles Soberón y luego de otros, ocuparon decenas de páginas de la revista. El mismo Fidel Castro publicó en Bohemia. Recién llegado al poder Fidel Castro visitó las instalaciones dela revista. Aquello fue una fiesta, de la que se publicó un amplio y orgulloso reportaje en el propio semanario. La valiente actitud editorial de Bohemia frente a Batista, en defensa de la libertad de expresión y en apoyo a Castro, fue la más destacada de entre todos los medios de comunicación.

El 15 de junio de 1960 Fidel Castro celebró el Día de la Libertad de Prensa. Un año después de aquella fiesta con Fidel en las instalaciones de Bohemia, la enloquecida turba FIDEL tomó por asalto los talleres y las oficinas de la revista. Miguel Ángel Quevedo se asiló en la Embajada de Venezuela. Se suicidó en Caracas en 1969.

Tomado del sitio: http://revistareplicante.com/como-destruyo-fidel-castro-a-la-prensa-libre-en-cuba/

 

 

 

 

 

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