Edilberto Ríos
El cubano: único en la fisonomía de la tierra. Reconocido internacionalmente. Esforzado, ocurrente y decidido. Lleva la música y el deporte en las venas; y por supuesto, como ocurre en cada cultura, es única su forma de dialogar y expresarse.
Son diversos los dialectos agregados al diccionario que por herencia nos tocó y que albergan en sí autenticidad y cubanía. Han llovido críticas sobre este tema, porque no todo el mundo tiene oídos para escuchar “asere”, “que bolá”.
Sin embargo, se ha escapado la detracción a ciertas palabras y frases muy usadas, las cuáles suelen ser más nocivas para nuestra sociedad. Tal es el caso del término “gusano”, desafortunadamente arraigado a la médula de nuestra idiosincrasia.
Existe conciencia e inconsciencia del irrespeto que conlleva, pero aun así: ¿Por qué se usa? Muchos cubanos se hacen eco del término, sobre todo aquellos individuos que han sido víctimas del trabajo político-ideológico llevado a cabo a lo largo de muchos años y desde muy temprana edad; individuos que cuentan con respaldo aunque carezcan de argumentos.
Si analizamos la esencia y obviamos lo superficial podríamos llegar a una conclusión interesante y preocupante: ¿Cómo se cataloga una sociedad donde se reprime, ofende y simplifica por medio de una palabra despectiva a cualquier persona que represente una oposición al régimen vigente? ¿Cuál es el presente y futuro de las generaciones de un país donde prevalecen ideas que distorsionan, enajenan y deforman los conceptos, derechos y valores universales, con la respectiva carencia de objetividad y respeto? Donde son puestos en tela de juicio aquellos que están en desacuerdo con el gobierno, quienes abogan por cambios necesarios que el propio progreso impone.
Pero: ¿Y los que están “a favor”, solapados, beneficiándose corruptamente de los recursos del pueblo? ¿Y los que viven plagados de argumentos vacíos con contenido matizado por la historia, poniendo en práctica solo el sustantivo con la respectiva sobredosis de burocracia? Son señalados como plaga quiénes no creen en las convicciones inducidas, pero existen aquellos que dicen tener «profundas convicciones patrióticas», más son autistas de la mecánica obsoleta impuesta por tanto tiempo y se hacen de la vista gorda con la realidad cubana actual, en la que existen tendencias y conductas
verdaderamente preocupantes para el presente y el futuro.
¿Cómo calificaríamos a aquel que participa en cuánta asamblea se convoque, solo para levantar robóticamente la mano, sea cual sea la ley o el acuerdo? El gusano es un animal pequeño, de forma alargada, blando y que se arrastra.
Habría que revalorar las percepciones y los conceptos. Habría que escuchar y respetar los diversos criterios, o seguirán floreciendo, retorciendo y arraigándose conceptos nocivos para nuestra sociedad.
somosmascuba
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Es una método genial, bien pensado y altamente efectivo que se puso en práctica desde los primeros días: sustituir conceptos por epítetos altisonantes para que sea más fácil sembrarlos en las mentes de las personas mediante la repetición por diferentes vías. Uno de los primeros, sin dudas, fue «compañero(a)» que vino a sustituir a «señor(a)» y cuya misión fue crear un igualitarismo forzado en la población. Asi, alguien que «en nombre del pueblo» robó y maltrató campesinos pasó a denominarse igual que un ciudadano decente y honrado apegado a las buenas costumbres cívicas o que un doictor o que un profesor. Todos fuimos compañeros. Recuerdo que muchas personas, al llamarles compañero, se sentían ofendidas y te contestaban «compañeros son los bueyes». Es también una manera inteligentísima de explotar la cubanísima costumbre de crear frases (dichos) ocurrentes que se diseminan rapidamente a todo lo largo y ancho de la isla. Ejemplos son «tócate» y más recientemente «chao, pesca’o». Pero de todos estos epítetos, tan bien pensados como mal intensionados, el que rompe todos los records de creatividad oficial es el que se creó para denominar «la más amplia y profunda crisis económica, política, social, cultural, moral y de todo lo que a usted se le ocurra añadir» en la que se sumió la sociedad cubana a raiz del descalabro de la ex-URSS. Sí, me refiero a «Período Especial». De entrada, es un término que no dice ni define nada por sí mismo. Corto. Fácil de pronunciar. «Periodo» nos da la sensación de que tiene un final. «Especial» nos dice que es algo inevitable (cierto) que tenemos que aceptar sin chistar porque nosotros también somos especiales. De verdad, Señores (compañeros), es genial. Tanto que aunque ya existía hacía varias décadas tuvo por esa fecha un inicio y continúa todavía hoy en día. Y fíjense si ha sido efectivo que la mitad más uno del mundo considera que ya ha terminado. Me insulto cuando se habla de él en pasado…
Pues si que fue bien buscada la palabrita,ya que estos son repulsivos para la mayoría,pero la vida los traiciono,ya que estos a los que quisieron hacer ver como repulsivos,regresaron mas tarde, como mariposas,que si son bien vistas por todos,esto fue un buen golpe a su ideología,y el pueblo se dio cuenta que los verdaderos gusanos son el pueblo,y que peor aun le quitaron la posibilidad natural, de la metamorfosis.Creo que aunque para algunos aun este calificativo cumple con la funcion que fue creado,para la mayoria no,y esta mayoria quiere por esta causa ser gusano, y asi poder ser mariposa algun dia.
Ricardo tienes toda la razón,somos las fichas de un juego de ajedrez,no imagina el disgusto de los cubanos dentro de la isla después de muchos,haber sidos cogidos para gritar improperios a compatriotas que se iban de cuba,otros que pasaron a la acción de tirar mínimo huevos,para que después esos gusanos fueran recibidos como mariposas en el país que los agredió,se de casos de mariposas que llegaron a cuba y compraron huevo para regalar a quien se los tiro,por que no habían en cuba,y peor aun,quien diría que después de medio siglo,se estaba gestando conversaciones a escondidas para ser amigos,como quedaron aquellos que gritaban,cuba si ,yanquis no?todavía hoy,hay quien no aprende la lección y se siguen prestando para ser fichas del tablero,donde los jugadores(gobierno)los mueven de acuerdo a sus conveniencia