AmazonGo, Empleo y Cuba

 


AmazonGo es -para unos- un cambio tecnológico hacia adelante, con la comodidad de ir a una tienda y no hacer filas para pagar, agregando la consecuente bajada de precios por no necesitar personal. Sin embargo, el reto grande, el del empleo, sigue siendo la incógnita. Parece que los puestos de cajeros de supermercado se unirán a otros ya amenazados por la nueva revolución industrial, donde no se esperan que existan taxistas, asesores de banco, obreros en las fábricas y miles de puestos más.

Es el gran reto al que se enfrentan todos los gobiernos. En China ya existen planes para reemplazar miles de trabajadores y hay incluso, pueblos completos que no tendrán empleo, pues fueron construidos alrededor de fábricas. Las expectativas en EEUU, donde Trump ha prometido resolver el tema del empleo trayendo a casa todo el outsourcing, tampoco son buenas.

Aunque se generarán numerosos empleos nuevos, estos van a requerir una mayor formación, y no parece que se crearán tantos como para absorber todos los que desaparecerán. La renta básica puede ser una alternativa y ya se prueba en varios países de Europa, donde un subsidio por ser ciudadanos es distribuido como complemento al trabajo. Otras formas de entender la economía irán surgiendo, y la crisis del modelo se extenderá sin dudas a todos los niveles, donde los ciudadanos presionarán para poder satisfacer sus necesidades. En política, ignorar el problema no será en ningún caso una alternativa.

¿Cómo puede impactar este problema a un país como Cuba? Es difícil de predecir, pero nunca será de forma positiva. Ahora mismo tenemos jóvenes formándose en profesiones que no existirán en breve, incluso, si emigran. Tenemos un país analógico dentro de una economía global digital. Aunque el gobierno de Cuba siguiera ignorando la tecnología para mantener los puestos de trabajo dentro de un entorno proteccionista y sin libertad, estos seguirían siendo testimoniales como lo son hoy: sin innovación, sin transformación corporativa, regidos por el partidismo y sin ser rentables (hablando en Macro).  Y lo peor, los ciudadanos no estarán desarrollando las habilidades del mundo digital, luego no serán capaces de insertarse en este.

La renta básica puede tener cierto éxito en países que generan recursos y se reconvierten dentro de la economía global, pero en al caso de nuestro país esto no ocurrirá. Nuestra “renta básica cubana” ya existe, la llaman salud (sin calidad y sin comparación con otros modelos públicos y gratuitos de Europa) y educación (que no se adapta a los nuevos tiempos), pero no es capaz de convertirse en dinero porque no se genera riqueza suficiente. Dar más o menos pesos cubanos, sin tener riqueza para importar bienes y servicios, nos llevará a acrecentar las diferencias entre la élite y el resto de los mortales que malviven con lo que queda.

El único camino es, como ya hemos dicho en otras ocasiones, aceptar la tecnología sin barreras, y un cambio urgente en el modelo educativo y económico. Necesitamos políticos de este siglo, que entiendan la apertura a la iniciativa privada como formas de generar nuevos empleos, y no como medios para solo cobrar altísimos impuestos. Necesitamos entrar de lleno en el problema. El auto-bloqueo tecnológico, disfrazado en migajas de bits que nos liberan dos veces al año tras algún que otro acuerdo, es ridículo y una condena a la irrelevancia para esta generación y las siguientes.

Si los wifi-parques, Facebook e IMO fueran la solución, tendríamos gente haciendo cola para entrar en Central Park, en NY o en el Retiro, en Madrid. Si ir retrasados en adoptar la tecnología para protegernos fuera bueno, nadie en el mundo usaría Uber, Paypal o Amazon. Si las máquinas no hicieran el trabajo de forma más eficiente y mejor que un humano, no existiría la automatización. Entonces…. ¿a qué estamos jugando? ¿Será que el único que no tiene prisa, es porque ya vive su retiro de oro?

 

 

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Javier Cabrera

Nací el 17 de Diciembre de 1975 en La Habana, Cuba. Ingeniero Informático, MBA. Experto en Estrategia Tecnológica y Gestión de Proyectos. No creo en un internet con barreras, ni a dos velocidades. No creo en la censura. No creo en las verdades a medias. Todos tenemos que ver la foto completa y tomar nuestras propias decisiones. No creo en la CUBA que nos han pintado, tan lejana y distante de la CUBA REAL.

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