Por: Joanna Columbié Grave de Peralta
Todos le gritaban, molestos: “abusador”, él ni respondía, seguía azotando al caballo, sediento y sudoroso, como lo haría hace más de 150 años cualquier despiadado capataz o dueño de esclavos, sintiéndose dueño de la vida de otro ser humano, solo que hay una gran diferencia, desde hace más de 100 años se firmó en Cuba una ley que proscribía el trabajo esclavo y de ahí hasta acá, la mayoría de los países en sus leyes sustentan la protección de los derechos individuales y civiles tan defendida por la Declaración universal de los derechos humanos, sin embargo, aunque a través de todo el orbe se promueven leyes de protección animal, Cuba no cuenta con una legislación que proteja a esos seres, tantas veces indefensos y amorosos, que suelen hacernos la vida un poco más feliz y también, a muchos, un poco más rentable.
Pero no son solo los animales destinados a la carga y al transporte quienes trabajan durante largas horas sin descanso, los que sufren estas vejaciones, a diario por las calles de nuestras ciudades se encuentran pululando perros, gatos, la gran mayoría sin una adecuada atención alimentaria ni una vacunación segura.
La alimentación de los animales principalmente es de sobras tanto de la familia como de restaurantes, desechos de basura o comedores. En visita a las 3 clínicas que atienden en cuc en La Habana se pudo constatar que en ninguna se podía adquirir alimentos específicos destinados a la alimentación animal, esto según los vendedores de las mismas nunca llega.
Las vacunas anuales o pentavalentes corren otra suerte, según fuentes que prefirieron el anonimato en el mes de octubre se distribuyeron entre las 3 farmacias habaneras 20000 dosis a un precio de 2.75 cuc cada una, sin embargo ya desde el mes de abril no hay disponibilidad, pero “por la calle” la historia es otra, los veterinarios particulares las siguen ofertando a un precio de 15 cuc cada dosis, producto del inescrupuloso acaparamiento de este medicamento.
Otro tema que se está haciendo frecuente es el alto nivel de reproducción de estos animales, lo que provoca que aumenten las situaciones descritas anteriormente. Según varios médicos veterinarios no muchas personas asisten a “ligar” a sus animales, el precio para este servicio entre los “particulares” es de 10 cuc, aunque se han realizado campañas masivas para la esterilización de los mismos, no siendo estas suficientes ante la realidad existente.
Una iniciativa ciudadana en Cuba que ya lleva años promoviendo la recogida de firmas para promover una ley relacionada con esto es la Protección de Animales de la Ciudad (PAC), quienes amparados en los artículos 27 y 88 (inciso g) de la Constitución de la República de Cuba, pretenden solicitar a la Asamblea Nacional del Poder Popular la promulgación de una Ley para la Protección de los Animales, sin dejar de reconocer la labor de la Sociedad Cubana para la Protección de Animales y Plantas (ANIPLANT) o la iniciativa de la atención que se brinda a los perros bajo el cuidado de la Oficina del Historiador de La Habana.
La solución estatal en Cuba, más que en una ley de protección animal o en un plan de protección y adopción de animales callejeros, ha estado encaminada al sacrificio como método de solución y por otra parte la presión de la opinión pública cubana no ha logrado que la protección animal se traduzca en un cierto número de disposiciones reglamentarias, pero los reglamentos no son nada sin un cambio de mentalidad, es necesario un debate firme sobre el tema del maltrato animal, que se traduzca en un mayor cuidado para la higiene o prácticas destinadas para preservar y mejorar la vida de cada uno de esos maravillosos seres que han sido puestos a nuestra disposición, a nuestra guarda y cuidado, ellos están a nuestro lado en las distintas circunstancias de la vida, nos corresponde corresponderles con amor.
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Es un tema de cultura básica. Si observamos a los países desarrollados (y otros no tan desarrollados pero con una educación razonable) vemos que la cuestión de la protección a los animales es un tema al que se le presta atención. Cuba tiene esa asignatura pendiente y no creo que sea un tema correspondiente solo al llamado «período revolucionario». He vivido en Cuba durante 38 años y he sido ferviente defensor de los animales, incluso pertenecí a ANIPLANT (que es una organización que no tiene ningún tipo de poder de promoción ni de nada). Cuando en la prensa oficial se han escrito cosas tan estúpidas donde cuestionan que «en el mundo se gasten millones anualmente para elaborar comida de animales domésticos mientras hay personas que pasan hambre» ya sabemos la esperanza que puede tener un infeliz perro o gato abandonado. Cuba es el único lugar donde he visto que un conductor puede evitar atropellar a un perro y no hace el mínimo esfuerzo por evitarlo, sigue su camino. No es menos cierto que la manera como un pueblo trata a la naturaleza y a sus animales es indicador de su cultura y educación.
Bueno, DAVIDHR, no sé si conoces que en la «susodicha» Academia que dirige Joanna enseñamos a las personas a reclamar sus derechos legítimos y reconocidos por todos los instrumentos universales de los que Cuba es firmante.
Entre esos derechos, dos de los más importantes son el de la Libre Asociación y el de la Libertad de Expresión.
Si Cuba llegara a ser un verdadero estado de derecho, ya se hubiera reconocido hace décadas la Sociedad Protectora de Animales que por mucho que lo ha pedido y ha recogido decenas de miles de firmas, el Gobierno del PCC no ha reconocido jamás su existencia, ni les permite acceder de forma directa a los medios para llevar adelante una campaña nacional con la fuerza que ellos desean hacerlo y la inmediatez con que los animales lo necesitan.
Hay que acabar de darse cuenta de que los derechos, tanto los de las personas como los de los animales y para el medio ambiente en general, están todos estrechamente relacionados. Unos potencian la posibilidad de defender otros y de crear nuevos en función del desarrollo que cada sociedad vaya alcanzando.
Y para comprender esto, nada mejor que sembrar escuelas que no repitan patrones obsoletos de enseñanza escolástica clásica, inculcando verdades hechas e indiscutibles, sino institutos y academias que enseñen que los cambios son procesos naturales y constantes que favorecen el progreso, y que todos debemos participar de ellos en igualdad de condiciones y bajo el respeto y el civismo que una sociedad justa y moderna exige.
Para eso creamos la Academia 1010, esa «susodicha» (como la llamas) y que Joanna dirige.
Saludos
Gretter
La susodicha academia no enseña civismo, enseña como hacer contrarrevolución, lo que sucede es que uds. usan palabras bien rebuscaditas para enmascarar sus objetivos. Te desviaste del tema, no desaprovechas oportunidad, aunque muy malamente.
Por cierto estábamos comentando de animales, y del derecho de estos a la vida, soy ferviente protector de los animales, en Cuba los conductores generalmente evitan atropellar un perro en las vías, unos por problemas de humanidad otros para evitar problemas técnicos, y cuando eso sucede es porque el accidente es irremediable o puede causar males mayores, he visto como ha sucedido eso. Por cierto en que país alguien no ha atropellado un animal en la vía, sobran los comentarios al respecto.
Estoy de acuerdo que en Cuba debían existir leyes protectoras de los animales y sancionar a las personas que cometan actos contra la integridad de estos.
Bueno en realidad un hombre que no ama la naturaleza es un hombre peligroso, aquí no hay comida para la gente que quedara para los pobres perros? el control animal en cuba es nulo, todavía recuerdo cuando mi esposa fue a parir por primera vez, tenía que sacar a los perros de la sala de post parto que iban a comerse la comida que botaban las mujeres de la sala. Aquí cualquiera tala un árbol y le da candela a la hierba cortada al frente de tu casa, a los perros los atropellan en la calle y se pudren sin que nadie haga nada, bueno en fin, el paraíso del vago y la obstrucción del desarrollo, el comunismo…
Este es un tema muy importante, los animales, esos seres inocentes que vinieron al mundo, muchas veces sobreviven en las calles sin que nadie se apiade de sus vidas. Hay que crear una ley para la protección animal, pero más importante es crear conciencia humana para la defensa de esos seres vivos, todos, porque hasta las plantas son seres vivos, y esa conciencia comienza a formarse desde el hogar, desde la niñez y según los padres sean capaces de enseñar a sus hijos el amor a los demás seres vivos, no importa la raza, será una mayor protección para estos.
Joanna, me parece que como directora de una clínica para la educación de cuidados animales y veterinaria vas a tener mejores resultados que como directora de la susodicha academia esa que dice diriges.
DAVIDHR, creo que cada cual está donde más útil sea según el momento histórico y de su vida personal. No todo el mundo entre los cubanos tiene el temple para ocuparse de una academia que enseña el civismo a una sociedad gobernada por un sistema represor de la libre expresión. Como dije en mi comentario, la protección a los animales es una asignatura pendiente en Cuba, pero en este momento no hay asignatura más pendiente y necesaria que el civismo, la democracia y los derechos. Una sociedad en la que no se respetan los derechos individuales, difícilmente podrá ocuparse del tema de la protección a sus animales.